martes, agosto 22, 2006

Cambio de Perspectiva: Una visión idealista

Hace unos meses, el Proyecto al que pertenecía en las Naciones Unidas le hizo una despedida al en ese entonces Representante Residente i.a., Claudio Tomasi (un personaje muy inteligente y brillante, cabe añadir), que se marchaba a su país natal, Italia, a tomar un muy bien merecido año sabático. En un momento dado, Emilia (ex-coworker & amiga) y yo, entablamos una conversación con él, que me hizo cuestionar seriamente mi posición ante algunos aspectos político-sociales de la actualidad.

En ese entonces, mi posición era la siguiente. Empezando por la parte política, encontraba que nuestro país tenía una fuerte carencia de líderes. Los partidos políticos están, a mi parecer, fuertemente impregnados de personas con una seria falta de liderazgo y los que la tienen no encontraba que la estaban usando de la mejor forma posible.

En complemento a esto, la población joven que serán los líderes del futuro, no tienen ideales fuertes por los cuales luchar. Nos preocupamos por vivir nuestra vida, lo mejor que podamos, pero el sentido de nacionalidad y de abogar por una mejor sociedad se ha perdido grandemente.

Sumado a esto, está la fuerte ola de violencia que en ese momento empezaba a florecer. Todos los días era un nuevo caso de personas que fueron víctimas de atracos y otro tipo de actos criminales, que hasta la vida podían costarle, muchos de los cuales estaban fundados en razones de índole política. Yo que pensaba que era una de las cosas que me fascinaba de mi país, que aunque había sus casitos de robos y eso, era una diferencia muy fuerte comparado a la violencia de otros países de Latinoamérica. Aquí era que quería asentarme.

Todo esto se resumía en la siguiente teoría: ¿Cuál es el punto de trabajar en el sector público o dedicar mi vida profesional a mi país? Si mis posibilidades eran que mis recomendaciones no fueran tomadas en cuenta o solo parcialmente por cuestiones políticas, quedar embarrada por algún acto de corrupción o con mi imagen manchada, o aun peor ser victima de un acto de criminalidad. Lo oportuno era: irse a estudiar fuera y quedarse trabajando allá.

Sin embargo, Claudio me hizo ver algo importante. Si no yo, quien? Si no yo, que tengo esas inquietudes quien lucharía por reestablecer la institucionalidad en el país, por abogar por mejoras considerables en la distribución del ingreso, por implementar programas de seguridad social "Safety Nets" que permita a los más pobres tener un respaldo en momentos de crisis; de otra forma solamente estaría cediendo mi conocimiento a un país que probablemente lo necesite mucho menos que este, pero sobre todo que no es el mío. Esto me hizo cambiar seriamente de perspectiva.

Nos corresponde a nosotros cambiar el destino de nuestro país, y hacer algo mejor de él.. Nadie dijo que sería fácil, lo que vale la pena raramente está exento de sacrificios.. Pero es importante que tomemos esta responsabilidad, porque nosotros SOMOS los lideres del mañana, y definitivamente.. Si no lo hacemos nosotros... quien?

4 comentarios:

Ingrid Isidor dijo...

Muy bien!!!! Prometo escribir pronto

Fernando Ruiz dijo...

Me alegra mucho saber que aun quedan muchos jóvenes con deseos y capacidad de aportar. El problema de los jóvenes y la politica es una especie de circulo vicioso, los "buenos" no entran por lo mal que está el sistema, y los "buenos" que estan dentro quedan marginados u opacado por los "malos". Tenemos que dar el paso para frenar esto.
Felicidades!
Otra cosa.. Si Ingrid.. escribe! :)

Ing. Máximo A. Aquino dijo...

De verdad que me parece inspirador y motivador tus reflexiones. Personalmente el dilema de quedarme y luchar o marcharme lo he tenido en numerosas ocasiones, y al final termino con la misma pregunta ¿Cómo podríamos las personas que nos importa cambiar las cosas hacer algo?. ¿Cómo nos abrimos paso a través de intereses monetarios de oportunistas del gobierno?. Solamente para seguir reflexionando en el tema que me parece interesantísimo.

DpR dijo...

Pienso que es necesario que seamos verbo y no sustantivo, como apunta Arjona en una de sus canciones; y que los ideales se transformen en realidad... Tienes razón cuando alegas que el cambio está en nuestras manos, pero hay una falta enorme de interés...