viernes, junio 02, 2006

Cultura de la Inmediatez

El siguiente artículo me llegó por correo electrónico hace unos meses ya. Escrito por Wara González, creo que expone uno de los problemas que, además de afectar a nuestra sociedad, impacta en el mundo entero.

Sin más preámbulos, Wara González:
warainma@hotmail.com

Cultura de la Inmediatez o Vida Mediocre en Potencia
Wara Gonzalez, M.ed


Escucho llantos desesperados que provienen del cuarto de juego de mi hijo de 8 años. Corro despavorida, no está en edad de llorar por cualquier cosa. Toda madre sabe que en fracciones de segundo se proyectan al menos 345 escenarios de una posible tragedia. No hay huesos rotos ni corre sangre por la habitación.

El llanto se debe a que no ha conseguido pasar rápidamente de nivel en la recién adquirida cinta de Game Cube. La tragedia consiste en que mi hijo no tiene paciencia ni sabe cómo mantener un esfuerzo sostenido para obtener un resultado.

¿Esta solo mi hijo?

Parece haber una tendencia a la rápida frustración y a la poca paciencia…

Cuenta una madre de un niño de 10 años que su hijo se desespera porque el semáforo dura mucho tiempo en rojo.

Una jovencita de 13 años no comprende por qué sus padres decidieron postergar un viaje a Europa en familia por unos 4 años porque piensan que lo disfrutarán más. La queja cotidiana de los padres es que sus hijos realizan las tareas escolares lo más rápido posible dando poca importancia a la calidad del trabajo.

Nuestros hijos están siendo educados en la cultura de la inmediatez. “Mientras más rápido mejor” parece ser la consigna de este tiempo. No vamos a negar que la rapidez de los servicios es un valor deseable que facilita nuestro quehacer y la vida misma. El problema viene cuando se generaliza esta consigna y traspasa a otros ámbitos de la vida. Cuando se asume que todo hay que obtenerlo rápido, ahora mismo, y a velocidad digital. Los deseos y las apetencias deben ser saciados al instante. Comida rápida, lectura rápida, la vía “express” parece haberlo invadido todo. En Estados Unidos incluso esta de moda algo llamado “speed dating” donde se interactúa rápidamente con varias personas para seleccionar una posible pareja de la forma más expedita posible.

La rapidez de los juegos electrónicos, tan venerados hoy en día por nuestros hijos da testimonio de esta realidad. Mientras más rápido se pasa de un “mundo” a otro “mundo” en estos video juegos más se disfruta el mismo. La velocidad de las imágenes tanto de los juegos como de la televisión no nos permite disfrutar o asimilar una imagen cuando ya se están bombardeando los sentidos con otra.

Esta cultura de la inmediatez puede traer consecuencias graves. Nosotros sabemos que las cosas que verdaderamente se disfrutan en la vida son aquellas que se forjan con los años y se obtienen poco a poco. No hay una gran obra que se haya construido en un instante, no hay libro o trabajo excepcional que se logre al vapor. Los logros grandes llevan grandes sacrificios y por regla general mucho tiempo. Se disfruta de veras aquello que nos llevó meses o años construir, se aprecia lo que perdura en el tiempo, no lo efímero ni lo pasajero. El buen vino suele ser el mas añejo, la fruta madura suele ser mejor que la verde…para disfrutar hay que saber esperar, hay que madurar… hay que realizar un esfuerzo sostenido en el tiempo y siempre hay que tener paciencia.



Me pregunto si nuestros pequeños hijos, tan acostumbrados a la rapidez, serán capaces de adultos de sobrellevar con paciencia y esfuerzo (en la mayoría de los casos de años) un proyecto de vida que merezca ser elogiado.

¿Podrán estos niños tener la paciencia de sembrar para cosechar años más tarde; cuando no han sido entrenados para ello?

¿Serán entonces nuestros hijos presas dóciles para los vendedores de felicidad al instante y usuarios de los caminos cortos y fáciles que sin duda alguna conducen a la mediocridad?

¿Cómo contrarrestar esta cultura de la inmediatez que viven día a día nuestros hijos? Las vallas publicitarias anuncian “Cómprelo Ya”, “No espere más... puede ser suyo ahora”,
“Pierda 10 libras en 10 días”!! En fin, se vende magia en cada esquina, y lo más triste es que siempre hay quien la compra.

¿Qué podemos hacer?

Es necesario ofrecer opciones de ocio a nuestros hijos que no producen placer inmediato sino que invitan a descubrirlo en el tiempo. Algunos ejemplos podrían ser los siguientes:

La lectura de un buen libro (de muchos capítulos). Se podría iniciar con clásicos como “Las aventuras de Tom Sawyer” o historias más contemporáneas como “Las crónicas de Narnia”. Los padres pueden leer a sus hijos un capitulo diario, o leerlo de manera conjunta si es que están en edad para ello. No sólo aprenderán a saborear una buena historia, aprenderán a esperar pacientemente por el desenlace en semanas posteriores.

Los tradicionales rompecabezas de 100, 500, o 1000 piezas invitan también a realizar un esfuerzo sostenido para poder disfrutar de la imagen completa del cuadro.

Participar de un deporte organizado o de una actividad artística (teatro, pintura, fotografía). Para destacarse o dominar una disciplina deportiva o artística será necesario perseverar y esforzarse continuamente para desarrollar destrezas.

Iniciar una colección. Esta podría ser de monedas, sellos, piedras, o alguna otra área de interés de los niños.

El ejemplo sigue siendo una arma poderosa que tenemos los padres. Sentarnos tranquilos a saborear una comida en familia, en lugar de resolver con una opción de comida rápida. Trazarnos metas a largo plazo y comunicarlas a nuestros hijos para que sean testigos de aquello que estamos luchando por conseguir. Dialogar y conversar acerca de los logros obtenidos en nuestras propias vidas y en las de familiares cercanos (abuelos, tíos) haciendo énfasis en lo que fue necesario realizar.

Valorar las cosas por su calidad, no necesariamente por su inmediatez y hacerlo saber a los hijos.

El reto de ser padres nunca ha sido sencillo, solo haciendo uso de la reflexión continua y conjunta podremos hacer frente a las realidades que nos han tocado vivir.

Espero que usted no haya leído esto de inmediato y le invito a analizar sus opiniones acerca de lo que aquí esta planteado, para que con calma y paciencia comience a contrarrestar la cultura de la inmediatez.

Wara González

3 comentarios:

Ing. Máximo A. Aquino dijo...

Creo que este tipo de comportamiento se extrapola a un montón de contextos. Creo que algo importante a enfatizar es el hecho de que siempre solemos aspirar a medidas "mágicas" que resuelvan los problemas que afectan a nuestra nación, cuando en realidad la solución a éstos radica en esfuerzos y sacrificios de generaciones completas.

Anónimo dijo...

Es muy interesante

Anónimo dijo...

hola, hoy quisiera gritar a milvoces !!! que pais!!!! este que me gasto ollete estoy totalmente decepcionada de ciertos funcionarios publicos indolentes, incensibles, etc. ante las calamidades de los mas necesitados, es como que se burlan de nosotros, olle. recido en el proyecto habitacional invi la virgen de sabana perdida. este sector aun no han terminado su construccion alli falta lo mas importante. cada vez que tenemos huracanes, ciclon, baguadas, pues corremos el riesgo de innundarnos, pero !!!! que lindo!!! entre obras publicas, invi y ayuntamiento norte firmaron un acuerdo el año pasado el cual nadie se acuerda y nos ignoran, no les importa lo que alli suceda. es como que esta parte de nuestro pais no existiera.

pense que a la señora alma fernandez la hiban a quitar del puesto que heredo, por que les digo que a ella le sacaron el alma. no le importan los demas solo sus veneficios personales.
a ver quien se compadece de nosotros.......