jueves, mayo 25, 2006

El Fan

En 1996, Robert De Niro y Wesley Snipes protagonizaron una película titulada “The Fan”, o “El fanático” como fue su fiel traducción al castellano. En ella, De Niro representaba a un fanático empedernido de un club de baseball que llegaba a cometer numerosas atrocidades en coherencia, según él, con su fervor de fanático incontrolable.

Creo que los fanáticos conforman uno de los grupos sociales más dignos de estudios. En Europa por ejemplo, bien son conocidas las historias de los hinchas de equipos de football. El grupo inglés de los hooligans han protagonizado un sinfín de anécdotas hasta el punto que algunas han llegado a convertirse en leyendas urbanas.

Mi intención no es criticar este comportamiento, ni mucho menos, las pasiones deportivas y preferencias de ocio suelen ser muy subjetivas. Quién se identifica con una insignia de un equipo no lo hace por razones claramente objetivas y demostrables, quizás siga una tradición familiar, o simplemente le agrada el color de la camiseta que llevan los jugadores.

Independientemente de las razones de elección, el lector no podrá negar que se pasa un buen rato cuando en una tertulia se escucha a un fanático del Licey discutir con otro del Escogido o las Águilas cuántas series del Caribe han ganado, o cuál es el mejor equipo.

El aspecto preocupante de esta situación, a mi juicio, radica cuando se extrapola este comportamiento y se lleva al plano político. Cuando el entusiasmo desmedido de un dominicano ciega su razón y capacidad crítica, convirtiéndolo en miembro de una masa amorfa que responde a estímulos mucho más banales. Cuando se transforma en un Fanático.

No quiero aburrir al lector con los innumerables ejemplos de comportamiento en manifestaciones electorales, que hacen que una actividad para elegir a gobernantes se asemeje a una disputa Licey – Escogido.

Creo también que los candidatos se escudan de esta realidad dominicana y se benefician de estas. Nadie negará que es mucho más sencillo regalar ron y sacar banderas que defender un plan de gobierno o al menos comunicarlo de manera concisa y clara.

Ante la ausencia de elementos que permitan una elección cabal y razonada, la población se limita a elegir por el comportamiento del Fan: bien por tradición familiar; el candidato que más “bulla” ha hecho, o, claro está, quién me dé “lo mío”.

Me parece saludable recapacitar ante esta situación y requerir a los candidatos, para futuros certámenes, mayor compromiso e información de cuales son sus planes y cómo piensan conseguirlo. De lo contrario, mejor sería iniciar la futura contienda con el famoso grito: “PLAY BALL”

5 comentarios:

Fernando Ruiz dijo...

Es un comentario similar al que hice a Pedro, el problema es que nosotros permitimos que esos sean nuestros políticos. Mantienen el pueblo contento con funditas y música, pero en el fondo sigue siendo un problema de educación. Mientras no se invierta en educación, nuestra gente continuará siguiendo la política como la pelota. De alguna forma hay que empezar, cuando hagan campañas vacías (como esta ultima?), nosotros votemos igual, en blanco.

Ranablue dijo...

No estoy de acuerdo con votar en blanco, creo que parte de la educación debe ser "votar con conciencia y/ conocimiento de causa", como propone ahora en su nuevo artículo Pedro Peralta, estudiando a fondo los planes que cada candidato plantea, criticandolos y debatiendolos. Es imprescindible estar informados para lograr esa educación que todos anhelamos.

Fernando Ruiz dijo...

No es dejar de analizar las propuestas, es al final de la jornada cada candidato pone sus cartas sobre la mesa, te gustan o no?. Si no te gusta ninguna propuesta política la forma de dejar saber tu descontento es votando en blanco. Una alternativa es dejando de votar, pero podría confundirse con la apatía. Ojala que no necesitemos usar este recurso.

Ing. Máximo A. Aquino dijo...

Algo importante a tener en cuentas es que a veces, los "Planes de gobierno" de los candidatos suelen ser ambiguos, vagos y operativamente no brindan caminos sólidos y discutibles para analizar. Establecen objetivos y estrategias pero no exponen la manera de conseguir estos objetivos.
¿Cómo podríamos tomar parte en la conformación de estos planes?

Ranablue dijo...

Eso que planteas es el mayor reto que tenemos, y me parece que dejar de votar puede llevarnos dejar de participar. Una primera toma de conciencia, que por cierto, Pedro ha comenzado a explicar, consiste en entender que la politica no es estar inscrito en un partido politico, es mucho mas y esta en todo, desde la organizacion de tu barrio hasta la de tu casa o centro de estudios. Asi como hemos dejado que otros tomen decisiones importantes por nosotros, vamos conformandonos con procedimientos que no nos convencen.